Hace unos días, el director general de la Real Maestranza de Ronda, Ignacio Herrera, en el marco de la charla «La tauromaquia española a través de cuatro generaciones: Niño de la Palma, Ordóñez, Paquirri y Francisco», quiso hacer una breve introducción al estado actual de la Plaza de Toros.
Todo ello después de que en el pasado mes de junio la institución maestrante anunciara la cancelación de los festejos taurinos de la Feria de Pedro Romero 2024, al haber detectado problemas estructurales en la Plaza de Toros que impiden llenar los graderíos, tal y como aconsejaba el informe realizado por el Estudio CDC Arquitectos.
«Es un tema de máxima importancia que hemos asumido con toda la responsabilidad y rigor necesarios», comenzaba Herrera para pasar a recordar que se trata de un edificio «construido hace dos siglos y medio, lo que quiere decir que han pasado muchos inviernos (…), la sociedad también ha cambiado y ha habido distintos agentes que han afectado al edificio».
El director general también explicó que la plaza ha sufrido varias intervenciones, entre las que destaca la que se realizó en 1964 catalogada como «drástica», porque tenía por objetivo ampliar el aforo y fortalecer la estructura».
«¿Qué es lo que ha podido pasar entonces para que ahora el informe que hemos pedido a distintos servicios técnicos nos haya dado este consejo tan contundente?», preguntaba Herrera durante la charla, para contestar después que «no se puede ocupar el graderío porque 5.000 personas subiendo, bajando, moviéndose ya sea durante una corrida de toros o durante un concierto, va a tener siempre una vibración muy difícil de soportar para una estructura concebida en el siglo XVIII».
De esta manera, y después de trabajar con distintos servicios técnicos, se ha llevado a cabo una recreación por puntos de la plaza «para que cualquier tipo de intervención que tuviéramos que hacer, se pueda simular con estas pruebas para tener el resultado de la resistencia del edificio».
Con ella se habría visto que el comportamiento de la plaza no es el mismo en todas las partes, ya que algunas necesitarían andamiaje inmediato en caso de ocupar el graderío. También se ha podido ver el deterioro de la piedra, algo que es normal, pero que necesita de un protocolo de intervención específico, así como el cambio en la verticalidad de las columnas. «Nuestro objetivo es el futuro, no solo para arreglarlo ahora, sino para los próximos 200 o 500 años», ha finalizado.
Actualmente, la Real Maestranza de Ronda está inmersa, según explicó Herrera, en todos los estudios de la piedra, la cimentación y la estructura del edificio para poder tener un proyecto de intervención, con el objetivo de presentarlo a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Andalucía y acordar la intervención.
En este sentido, desde la RMR se ha asegurado a Ronda al Detalle que el fin es realizar reformas estructurales que garanticen la seguridad del público y la preservación del patrimonio histórico. Así, la institución estima que «a finales de año el proyecto estará preparado para revisión y, si no existe más impedimento, la intervención podrá iniciarse a comienzos de 2025».
